Por Manu Yáñez

Elena López Riera atiende a Otros Cines Europa todavía conmocionada por la inclusión de su último cortometraje, Pueblo, en la programación de la Quincena de Realizadores de Cannes. Miembro del colectivo de creación audiovisual lacasinegra –fundado en 2009 y responsable del largometraje Pas à Genève–, López Riera plantea en Pueblo una enigmática aproximación a la vida (nocturna) de unos jóvenes cuyo deambular se entrecruza con las procesiones religiosas de Orihuela.

Doctora en comunicación audiovisual y diplomada en un master de comisariado en prácticas culturales y nuevos medios, López Riera ha sido profesora de cine y literatura comparada en la Universidad de Ginebra, ha trabajado como programadora para el festival internacional Cinema Jove, y ha publicado textos en revistas especializadas sobre cine, así como un monográfico sobre Albertina Carri. En la siguiente entrevista, realizada vía e-mail el pasado 20 de abril, López Riera nos habla sobre su intuitivo método de trabajo, su “compleja” relación con España, sus referentes cinematográficos y el poco apoyo que recibe el cine español heterodoxo por parte de las instituciones culturales nacionales.

ELENA_LOPEZ_RIERA¿Qué implica para ti que Pueblo haya sido seleccionado para participar en la Quincena de Realizadores de Festival de Cannes? ¿Puede ese reconocimiento abrirte nuevas puertas?

Pues una alegría un poco extraña… Todavía tengo que digerirlo, tengo la sensación de que le está pasando a otra persona. Sobre lo de abrir puertas, no sé, creo que eso es algo que se irá viendo con el tiempo y que tampoco me corresponde responder a mí, ahora lo que toca es seguir trabajando.

Si no me equivoco, a parte de una ayuda de la Universidad de Sevilla, Pueblo no cuenta con grandes apoyos institucionales. ¿Cómo sacaste adelante un proyecto como este?

Desafortunadamente ni el ICAA ni el IVAC apoyaron el proyecto cuando nos presentamos a las ayudas a la producción en su día. Las únicas instituciones españolas que nos apoyaron fueron el Festival de Cine Europeo de Sevilla y la Universidad (a través de Cicus) otorgándonos el premio a proyecto de cortometraje. Si el corto ha salido adelante ha sido sin duda gracias al esfuerzo de todo un equipo, a los productores (Garidi Films y Vermut Films) y también a las benditas ayudas suizas (Fondation Romande, Migros y la Lottérie romande). Pero bueno, tampoco creo que sea muy sano pasarse la vida pataleando, lo que hay que hacer es seguir adelante, quién sabe, igual con lo de Cannes las instituciones españolas se animan…

Pueblo plantea un interesante y enigmático choque entre rituales arcaicos –las procesiones religiosas– y los rituales de una juventud desorientada. ¿Cómo se te ocurrió cruzar esos dos universos?

En realidad no sé si ese cruce fue algo plenamente consciente… Llevo muchos años viviendo fuera y, a medida que pasaba el tiempo, la imagen del lugar donde crecí se iba configurando cada vez más en torno a esos rituales arcáicos (y en muchas ocasiones religiosos). Las imágenes del exilio se iban convirtiendo en una sucesión de estampas viscerales, de las que me sentía muy lejos y muy cerca al mismo tiempo. De repente se me ocurrió que las procesiones de Semana Santa expresaban muy bien esa reacción incontrolable ante algo que consideras ajeno a ti, a tú pensamiento, y que al mismo tiempo es algo muy propio, muy sentío y que escapa a cualquier explicación intelectual… En fin, no sé si esto sirve como respuesta, por ahora sólo sé que fue una relación que obedecía más a las intuición que a otra cosa.

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La juventud que retratas en Pueblo parece algo extraviada ante la falta de un horizonte vital. ¿Tiene eso algo que ver con el devenir de la España actual?

Creo que es difícil hacer una afirmación así, sería un poco pretencioso pensar que lo que me sucede a mí, o la relación compleja que mantengo con este país en el que no estoy físicamente pero que nunca termino de abandonar, es lo que refleja la situación general de España… Sin embargo me imagino que algo de eso hay, por lo menos eso es lo que yo percibo en mis amigos, en la gente que me rodea…

Llama la atención el modo en que construyes la ficción de Pueblo sobre el paisaje documental de las procesiones de Orihuela. Ese mecanismo me ha hecho pensar en el ritualismo y la sacralidad de Pasolini, aunque el corto también me ha trasladado a los jóvenes de Jean Eustache o de la reciente L’âge atomique de Héléna Klotz. ¿Podrías hablarnos un poco de tus referentes?

Vaya pues sí, sí, ¡todos estos referentes y muchos más! Yo me paso la vida copiando a todo el mundo. Pasolini es una referencia muy importante por su relación con lo religioso y por la manera que tiene de filmar el pueblo, por su militancia… El Jean Eustache de Mes petites amoureuses o de La rosière de Pessac de alguna manera está ahí claro… pero también Jacinto Esteva y otros contemporáneos como Hélena Klotz, Virgil Vernier y Joao Pedro Rodríguez y Guerra da Mata… y las palmeras de mi pueblo, y las rotondas noventeras, y los bares de carretera y mis abuelos y y y….

Still Pueblo 1

Pueblo trabaja un registro expresivo –enigmático y heterodoxo– que se desmarca del cine Español más industrial. ¿Qué piensas de lo que se ha dado en llamar el “otro cine español”?

Pues pienso que es una pena que eso sea el otro... No soy muy amiga de las etiquetas, sobre todo porque pienso que a veces se usan con un tono paternalista o con una voluntad marginal que no creo que sea muy beneficiosa para nadie, pero está claro que cada vez hay una brecha más profunda entre un modelo industrial y un modelo que tiene que sobrevivir como puede fuera de la industria. En cualquier caso, estaría bien que la industria y las instituciones encargadas de apoyar el cine empezaran a contemplar que hay maneras diferentes de hacer las cosas.

¿Cómo definirías tu trabajo en el seno del colectivo lacasinegra?

Mi trabajo es como el de todos los miembros del colectivo, no hay jerarquías ni funciones diferentes entre nosotros. lacasinegra para mí es todo, es mi familia, mi escuela de cine, mi educación sentimental y mis entrañas. Si Pueblo existe es también gracias a ellos, y a ellos les pertenece de alguna manera.